martes, 15 de julio de 2008

XVI FIESTA LA BIZNAGA

XVI FIESTA LA BIZNAGA
Dada la aceptación por parte del público del marco elegido en la edición anterior, para el presente año mi Junta Directiva conmigo al frente, tenemos decidido llevar la fiesta de nuevo al Real Aeroclub de Málaga.
La fecha del acto quedó consensuada en reunión de los directivos para llevarla a cabo el día 21 de Julio de 1990.
El Pregonero electo entre varios fue D. Gumersindo Ruiz Bravo de Manzilla, Consejero de Caja de Ahorros de Ronda, de quien ya contábamos con su compromiso.
En esta ocasión, Eugenio Chicano nos creó una preciosa obra pictórica que presentaría nuestra Fiesta. Dicha obra recogía una hermosa penca de biznaga, portada por una poderosa mano biznaguera de la Málaga de nuestros sentimientos. Como se puede observar, Chicano ya no falla en su cita con la Fiesta, pues de una forma u otra, está presente, gesto que la Entidad siempre ha agradecido profundamente, sin haber sabido transmitírselo en su justa medida. Valgan estas letras para confirmar el agradecimiento de forma especial sentido por todos los socios.

Obra de Eugenio Chicano.

La Fiesta la Biznaga, ha calado profundamente en el pueblo malagueño y cada día las exigencias de los organizadores con ellos mismos son mas estrictas, pues ya no se trata de nuestra Fiesta, sino La Fiesta Cultural del verano malagueño, como ya la catalogaba el Alcalde de la Ciudad D. Pedro Aparicio, corroborado en sesión plenaria de su corporación en el año 1982, esta fiesta que tenía un marcado carácter cultural cada año daba paso a las Fiestas oficiales de nuestra Capital.

Para la presente edición del acto se desarrollo un interesante programa, pues se contaba con el Grupo Alegría que con tanta profesionalidad y arte abrían las puertas de la Fiesta, para, a continuación, D. Pedro Luís Tedde de Lorca , llevar a cabo la presentación del Pregonero D. Gumersindo Ruiz Bravo de Manzilla.
Al finalizar su Pregón se le entrega nuestro símbolo confeccionado en plata de Ley.
Posteriormente, se organizan el correspondiente acto para elegir a nuestra Miss 1990. En el transcurso del evento se contó con la actuación de una joven artista Esther Sánchez, que venia con una trayectoria ascendente fulgurante y que este año había ganado el concurso de Telecinco Gente joven.
Esther nos emocionó con su potente voz, que dada su juventud era espectacular.
También se pudo disfrutar del arte y alegría del Grupo Rumbero Los Tarantos, Rumba 2000 y el Crupo Rociero " Manteca Colorá " que con sus actuacines levantaron de sus asientos para tomar parte en los bailes que se marcaban con sus notas musicales
La Entidad, dada la importancia que la Fiesta había adquirido, quiso implicarse más aun, si esto era posible y haciendo una gran esfuerzo económico, contrató a Maria Teresa Campos presentadora de Televisión.

La Junta Directiva no dudó un solo momento que con la conducción del acto por parte de una profesional como ella iba a dar una buena imagen con sello de identidad a la Fiesta que era lo que se pretendía.
Conseguida la contratación de la Sra. Campos, con elevado caché en esa época, se creía que el espaldarazo estaba dado en la conducción del evento, pero a fe de ser sinceros, la frialdad demostrada por la Sra. María Teresa responsable de la presentación del acto, no dejo un buen sabor de boca a la Junta Directiva que tanto sacrificio había hecho para conseguir tan importante participación.
Su subida al escenario en la Capital que le lanzo al éxito profesional junto a Diego Gómez en sus programas de Radio Juventud, fue de una frialdad tal, que los mismos espectadores se quedaron altamente confusos según posteriores comentarios generalizados.
La Fiesta transcurrió por los derroteros de la normalidad y la diversión, una vez que se había concluido el acto principal del Pregón.

En la foto Paco Sánchez con Miss Biznaga 1990 Inmaculada Pérez una vez impuesta su Banda que la proclama como nuestra Reina para todo el año.


Como tras ediciones también esta edición tuvo su anecdota, pues a las 2 de la mañana se personan en el recinto la pareja de la Policia Local Joquín Hervás y Lucio Modesto de quienes habían sido requeridos sus servicios por el ruido que se producía en el seno de la Fiesta. Una vez llegado al lugar se dirigieron al Presidente que resulté ser yo amigos personales de ellos. Una vez concluido el protocolo comprobaron in situ que no existía los ruidos denunciados. Nos acompañaron un rato para comprobar que los ruidos no superaban los decibelios permitidos por ley. Tras mantener una animada charla con un grupo de organizadores continuaron con su ruta de servicio.

Antonio Martos Martinez ( Pichurri para todos ), hace entrega de Ramo de Flores a una Dama de Honor










El Directivo José Antonio Escobedo García ( Nono), entrega Ramo de Flores a una Dama de Honor del presente año.


PREGÓN
XVI FIESTA LA BIZNAGA

Por: Gumersindo Ruíz Bravo de Manzilla
Consejero de Caja de Ahorros de Ronda


LOS AMANTES DEL JAZMÍN

Para cualquier malagueño el jazmín y la biznaga vienen unidos a recuerdos que se remontan a la infancia.
Ha visto siempre con especial empatía las flores del jazmín hechas biznaga, de la que mi madre me contaba la propiedad de ahuyentar los mosquitos que, por lo visto, no pueden soportar el olor de la planta. Por eso, una biznaga o unas flores de jazmín sobre la mesilla de noche, me han proporcionado siempre sensación de protección.

Esta afición la comparte mi mujer, y en casi todas las casas donde hemos vivido ha plantado jazmines, de hojas grandes y pequeñas, blancas y azules. Noel Clarasó, en su “ Jardinería doméstica”, explica como plantarlos y cuidarlos: “ Es necesario – dice – preparar bien la tierra, (debe ser) una tierra profunda, ligera y sustanciosa. Los jazmines necesitan calor y florecen mejor al sol. El cuidado que precisan es, sobre todo, quitar el ramaje excesivo. Un jazmín bien cuidado se ve sin leño seco y viejo y tiene ramas relativamente sueltas, sin enmarañamientos”,. El jazmín limpio de ramas contrasta con la imagen que nos da Lope de Vega de una mata donde ocultarse:

“ Que en la pared del jazmín
podrá escondido tener
Celio un caballo”.

Los jazmines y madreselvas han prevalecido tanto,
Uqe han hecho pared de sí mismos”.

El jazmín establece una vinculación muy fuerte con sus amantes; dice la leyenda que Abderramán no quiso edificar su palacio en tierras ibéricas, recién conquistadas, hasta saber si el jazmín árabe, la diamela, agarraría o no en su jardín.

A nosotros siempre nos han florecido los jazmines, plantas que se encuentran a gusto en cualquier casa mediterránea. Su origen es persa, y se ha aclimatado en lugares muy diferentes; el origen de la palabra actual no viene directamente del persa-árabe (“azemín” era castellano antiguo), sino del catalán “gesmir”, “gessamí”; “gesmil” en el País Valenciano..

En el lenguaje de las flores el jazmín blanco es símbolo de amabilidad. Recuerdo, en los viajes con mi hermano por el Norte de África, que en Túnez, por la tarde, los árabes se regalaban unos a otros biznagas, y era corriente ver a los hombres con una flor de jazmín en la oreja o una biznaga entre las manos.

La biznaga se hace o se compra para regalar, no es extraño que el jazmín sea símbolo de lo amable.

Marcel Sauvage nos ha dejado una descripción del antiguo Túnez que casi se corresponde con la realidad actual: “ Nada se parece a estos viejos barrios de Túnez. En primavera, se llenan de jazmines, flor de felicidad. En las calles viejas. . ., bulle un pueblo harapiento. En las plazas, vendedores de buñuelos con miel, utilizan el soplillo para avivar el fuego. Y todo lo envuelve el olor a jazmín. Pero ese olor se percibe sólo en ocasiones, cuando la biznaga está muy próxima, pues en la ciudad todo lo domina el olor excitante de las especias y el betel “.

La biznaga es, pues, para mí, recuerdos de viajes, hermanamiento y vínculo entre países y ciudades. Estimula la imaginación leer que el servidor de Alejandro tratara de ganarlo con los refinamientos de los persas ofreciéndole agua con jazmín tras el sudor y el polvo de las batallas.

Otra simbología de delicadeza se añade a ésta de amabilidad y regalo; el jazmín real o jazmín de España, por ser sus hojas más hermosas y olorosas que las del jazmín común, se asocia con la sensualidad. Un persa contemporáneo, Farroj Tamini, nos dice en un poema traducido y publicado en Málaga por Salvador Pérez Becerra:

“ Procura vestir una larga camisa
para que no se quemen los jardines del jazmín
con las llamas del sol”.

El jazmín se utiliza frecuentemente como imagen poética. Un diccionario antiguo explica del jazmín: “ Metafóricamente se dice de cualquier cosa muy blanca y pulida: especialmente lo usan los poetas en las pinturas de las manos y frentes de las damas”. La utilización que hace el poeta persa en el poema que acabo de leer es más atrevido que las manos o la frente, pero es verdad que en nuestros mejores poetas se encuentran esta imagines. Góngora dice:

“. . . la blanca Nais
. . . la rubia Cloris
cuyas frentes de yazmines
son Auroras de sus Soles”.

O estos otros versos:
“ Mas, Cloris, que ha tejido
Jazmines al cabello desatado,
Y más besos te pido
Que abejas tuvo el escuadrón armado”.

El jazmín como adorno se encuentra en el Quijote:

“Sobre los cuales traían quirnaldas de jazmines,
rosas, amaranto y madreselvas compuestas”.

Y también Cervantes, como símbolo de belleza asociada con una imagen femenina, dice:

“Que lo que sus plantas pisaban, por dura
y estéril que fuese, al momento
producía jazmines y rosas”.

Y no puede faltar Lope de Vega, de quien he escogido lo siguiente:
“ Dio la memoria en decirme
que pensaste en blanco azar,
en azucena y jazmín.

“Oh Venus de alabastro, oh Aurora de jazmines”.

“La clara frente serena es toda u blanco jazmín”.
El jazmín y la biznaga han sido símbolo y referencia de los sentidos. Nuestro más importante escritor vivo, el antequerano José Antonio Muñoz Rojas, al final de su libro “Antequera norte de mi pluma “, habla de Málaga relacionado de esta manera los sentidos

“Porque da gusto –dice_ estar en un sitio donde el aire no pesa y la vida corre como la brisa sobre el agua, con un escalofrío de gusto. . .” “ qué tironazos de olores andando por la Caleta –jazmines y damas de noche- agitados por los efluvios marinos, sal y yodo, mar y jazmines. . .”

Por supuesto, la biznaga se identifica, más que nada con el olor, pero también con el calor, por lo blanco y luminoso:

“(Málaga). . . donde la violeta sirve de rueda los cálices del junquillo,
y los jazmines son como luceros que surgen en pleno día “,

dice Umar de Málaga ( S. XV ) en su “ Alabanza de Málaga” ( seleccionado por Alfonso Canales ).

Además de olor y calor es tacto, por su tersura y el pulimento que evoca de la piel; es sabor, por las hojas secas que se mezclan y beben en infusión y, forzando un poco la imaginación, es oído: “ el quejido – dice el poeta – del jazmín que necesita agua”.

Tal desborde de sensualidad llega a provocar un sentimiento de perturbación; tanto es así que se considera nociva para el juicio a la biznaga. Alsabön Aön dice que “el perfume de la biznaga es más peligroso que el olor del veneno más eficaz; nos agita y trastorna hasta lo más profundo del ser “; frases que me recuerdan las de Jaime Salinas cuando propone la paradoja siguiente: “ La picadura de una mariposa es más peligrosa, mucho más que la de una víbora”.

No son pensamientos aislado, Francisca Vighi tiene un poema, en el que nos cuenta cómo la farola de la Malagueta se vuelve loca “ al subírsele a la cabeza el olor de los jazmines”.

El jazmín y la biznaga tienen un lugar y un tiempo. Aunque el jazmín es característico de diversos de diversos lugares del Mediterráneo, la biznaga con jazmines viene especialmente unida a la ciudad de Málaga. Son numerosas las referencias que vinculan nuestra ciudad con la biznaga. Nuestro exhaustivo y agotador Salvador Rueda no podría dejar de mencionarlo. También José Carlos de Luna, al cantar la Plaza de la Merced, sugiere una mezcolanza de olores y sensaciones que nos recuerda – sustituyendo el mosto a las especias- la descripción de la ciudad árabe.

Si el lugar, Málaga, está sobradamente definido para la biznaga, y también el tiempo, que es el verano, y las horas, las de la noche, tienen su concreción:

“ Junto al agua negra
Olor de mar y jazmines
Noche malagueña.

Los versos son de Antonio Machado.

Como decimos la hora es especial para la biznaga, y la relacionamos con el atardecer y la noche. Dice el Eclesiastés: “ Para todo hay una estación, y una época para cada objetivo bajo el cielo. Una época para nacer, una época para morir, y una época para plantar”.

Plínio, en su “ Hitoria Natural “ indicó las horas en que se abren las flores. Linneo formó un reloj llamado Flora, con veinticuatro flores o plantas, que marcan las veinticuatro horas del día. La hora de las nueve está reservada al jazmín, del que se dice que a esa hora abre y exhala su aroma. Hay que tener en cuenta que ese reloj de Linneo, pensado en Upsala, se atrasa con el de Candolle, hecho en París, lo cual es obvio, ya que la hora de apertura de las plantas varía según los grados de latitud, según el calor y la intensidad de la luz.

Pero la biznaga, en relación al tiempo, tiene otra característica: es efímera y perecedera. Nos lo dice Góngora:

“ Flor es el jazmín, si bella
no de las más vividoras
pues dura unas horas
que rayos tiene una estrella”.

Me gustaría, queridos amigos, hablar ahora de la planta de la biznaga, pues parece que el jazmín es el único protagonista de la misma, y no es así.
La verdad es que antiguamente su utilidad no era nada poética; en el vocabulario de Góngora leemos que la biznaga es una “planta umbelífera y por extensión un mondadientes hecho del piececillo de las flores de esta planta”; piececillos que, nos completa el diccionario, “ se emplean como mondadientes, después de secos y preparados con sangre de drago”. Encontramos bromas tanto de Góngora como de Lope a propósito de la biznaga: “ presentar uno la biznaga testigo del faisán” significaba llevar el mondadientes en la boca para hacer creer que se había comido carne:

Góngora:
“ Al pobre pelafustán
que presenta la biznaga
por testigo del faisán,
Seis higas”.

Y este otro:
“ Que se precie un don pelón
que se corrió un perdigón
bien puede ser.
Más la biznaga honrada
No diga que fue ensalada
No puede ser”.

Y Lope:
“ Biznaga es esta, que gentil dinero
Rabio de hambre, y mondadientes antes”.

Tiene la biznaga significados aún menos nobles que el de servir como mondadientes; si alguien tiene curiosidad puede encontrarlo en el vocabulario de Góngora.

Pero, que feliz coincidencia haber unido la moleta planta, de tan poco elegantes orígenes, con la celebrada flor. Que magnífico invento, de tan simple, introducir cada uno de los tallos de la umbela de la biznaga, por el tubo de la corola del jazmín. De esta conjunción tan natural, surge la biznaga tal y como hoy la conocemos.

Al terminar de escribir estas páginas, he pensado que, más que las citas, más o menos valiosas y entretenidas, que con la ayuda de la imaginación y generosos amigos he encontrado, y que he ido entretejiendo aquí esta noche, son las reminiscencias personales las que más nos dicen. No hay nada comparable a la emoción de los recuerdos, cuando percepciones sensoriales que llevamos registradas en nuestros cerebros, se confunden con lo imaginado. En ocasiones, escenas completas con sensaciones y experiencias de nuestra infancia y juventud, o de algunos momentos más recientes, desvanecidas u olvidadas, vuelven ante un estímulo como es el olor y la visión de la biznaga, como confirmación de todo lo ocurrido sigue existiendo. No necesitamos más que dejarnos llevar por las sensaciones, los sentimientos de nuestras impresiones y experiencias, para vivirlas de nuevo.

Por eso quiero dedicar mis últimas palabras al feliz reencuentro con la biznaga; bien sea por parte de aquellos que, ausentes de Málaga vuelven; po los que la conocen por primera vez y ya siempre llevarán su recuerdo; o por el que todos nosotros tenemos cada verano cuando la biznaga reaparece como algo siempre esperado y siempre nuevo. Permitidme usar, una vez más, las palabras de José Antonio Muñoz Rojas, que dice de la biznaga: “ Seguirá sonándoos como un eterno río de hermosura, como una eterna flor malagueña del verano; os llamaré como me llama a mi cuando voy por Málaga”. Gracias a esta Peña que hace posible cada año la magia del reencuentro; y a vosotros, jazminísimos amigos, muchas gracias por vuestra amabilidad y paciencia.



Gumersindo Ruíz
Málaga, julio, 1990
Real Aeroclub de Málaga

IMAGENES DE LA FIESTA. EDICIONES XVI A XXV
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