XI FIESTA LA BIZNAGA
De nuevo en la elaboración del programa de Fiesta, para la edición actual, el presidente efectúa las diligencias necesarias y con suma eficacia, pues con prontitud tiene confeccionado un buen cartel para la Fiesta..
Antes de todo, tiene conseguido el compromiso de Tomás Galiana, pintor artístico para nuevamente confeccionar el cartel de la XI Fiesta ( foto de la izquierda), que se desarrollará el día 6 de Julio del año actual 1985. Éste fue presentado en la sede social de la Peña con unos días de antelación al evento. La representación del cartel muestra la entrada de La Finca La Cónsula, presidida por una hermosa biznaga. En la obra se puede distinguir el Escudo de Málaga.
Para exaltar la flor, va a contar con el Director del Diario Sur de Málaga D. Joaquín Marín Alarcón que gustosamente acepta el reto de la responsabilidad que conlleva la confección del ya importante Pregón de la Biznaga.
En el aspecto meramente artístico se cuenta con el grupo de baile de la Academia del Parque del Sur, dirigido por Mari Carmen y Pepi Arjona, que como siempre harán la apertura de la Fiesta con bailes por verdiales y Malagueñas. Para dar carácter festivo al programa se contrata a los Rocieros del Puerto con Justo Rodríguez al frente de ellos y de artista estelar Agustín Pantoja, que era de lo más popular del momento ( Actuación en la foto al margen derecho)
Como conductor del acto, al igual que en años anteriores se cuenta con la colaboración personal y profesional de Diego Gómez Cabrera.
A continuación de los ya clásicos bailes verdialeros, D. Plácido Conde hace la presentación del Pregonero D. Joaquín Marín Alarcón, que instalándose en la mesa situada en el escenario para tal fín pronuncia un bello pregón con interesantes anécdotas y llamadas de atención.
Una vez superado el tiempo de alocución del pregón y entregado por parte del Presidente a D. Joaquín Marín la Biznaga de Plata, símbolo de la Entidad, se da paso al apartado artístico y festivo del acto que tantas satisfacciones produce entre el público..
Los Rocieros del Puerto con su peculiar música de rumbas, sevillanas, pasodobles y chistes por parte de Justo, hace las delicias del público que se lo pasen a lo grande, siendo en el momento del descanso del grupo cuando coincide la llegada al recinto de Agustín Pantoja, organizándose el consabido revuelo entre las féminas asistentes para disfrutar del cante del artista principal de la obra.
Una vez se procede al desfile de elección de Miss, queda designada Cristina Cuenca por los votos emitidos del jurado.
Mª. Carmen Donate coronando a Cristina, Miss Biznaga 1985.
De nuevo en la elaboración del programa de Fiesta, para la edición actual, el presidente efectúa las diligencias necesarias y con suma eficacia, pues con prontitud tiene confeccionado un buen cartel para la Fiesta..
Antes de todo, tiene conseguido el compromiso de Tomás Galiana, pintor artístico para nuevamente confeccionar el cartel de la XI Fiesta ( foto de la izquierda), que se desarrollará el día 6 de Julio del año actual 1985. Éste fue presentado en la sede social de la Peña con unos días de antelación al evento. La representación del cartel muestra la entrada de La Finca La Cónsula, presidida por una hermosa biznaga. En la obra se puede distinguir el Escudo de Málaga.
Para exaltar la flor, va a contar con el Director del Diario Sur de Málaga D. Joaquín Marín Alarcón que gustosamente acepta el reto de la responsabilidad que conlleva la confección del ya importante Pregón de la Biznaga.
En el aspecto meramente artístico se cuenta con el grupo de baile de la Academia del Parque del Sur, dirigido por Mari Carmen y Pepi Arjona, que como siempre harán la apertura de la Fiesta con bailes por verdiales y Malagueñas. Para dar carácter festivo al programa se contrata a los Rocieros del Puerto con Justo Rodríguez al frente de ellos y de artista estelar Agustín Pantoja, que era de lo más popular del momento ( Actuación en la foto al margen derecho)
Como conductor del acto, al igual que en años anteriores se cuenta con la colaboración personal y profesional de Diego Gómez Cabrera.
A continuación de los ya clásicos bailes verdialeros, D. Plácido Conde hace la presentación del Pregonero D. Joaquín Marín Alarcón, que instalándose en la mesa situada en el escenario para tal fín pronuncia un bello pregón con interesantes anécdotas y llamadas de atención.
Una vez superado el tiempo de alocución del pregón y entregado por parte del Presidente a D. Joaquín Marín la Biznaga de Plata, símbolo de la Entidad, se da paso al apartado artístico y festivo del acto que tantas satisfacciones produce entre el público..
Los Rocieros del Puerto con su peculiar música de rumbas, sevillanas, pasodobles y chistes por parte de Justo, hace las delicias del público que se lo pasen a lo grande, siendo en el momento del descanso del grupo cuando coincide la llegada al recinto de Agustín Pantoja, organizándose el consabido revuelo entre las féminas asistentes para disfrutar del cante del artista principal de la obra.
Una vez se procede al desfile de elección de Miss, queda designada Cristina Cuenca por los votos emitidos del jurado.
Mª. Carmen Donate coronando a Cristina, Miss Biznaga 1985.
Los Rocieros del Puerto actuando con Justo Rodriguez de vocalista.
En su actuación consiguieron un gran éxito como en ellos era habitual.
D. Joaquín Marín Alarcón, Director del Diario Sur recibe Biznaga de Plata de manos del Presidente D. Andrés Vázquez Lobato.
PREGÓN
XI FIESTA LA BIZNAGA
Por: Joaquín Marín Alarcón
Director del Diario Sur
LA BIZNAGA
Hay un pueblo en Málaga, cerca de aquí; y en el pueblo, una casa; y en la casa, un patio y un jazmín viejo que cada año se hace joven y revienta en miles de florecillas blancas. Es una explosión de olor, una catarata de perfume, cada tarde, en el patio antiguo, sobre el niño que empieza a andar, bajo el limpio cielo recién pintado de azul; una explosión cada día renovada que cae sobre el niño y que le rodea y le cubre cuando, con paso incierto, se suelta de la mano de su madre, vacila, avanza y acaba enmarañado entre los brazos olorosos del viejo jazmín.
Llegan al patio los entrañables ruidos del pueblo: la conversación de algunas vecinas en los patios cercanos, los apagados gritos gozosos de unos niños que juegan a lo que jugaron sus abuelos, el son denso de la campana grande. Se ha ido ya el calor, vencido por una brisa suave que trae recuerdos del mar, y la tarde se aplana y remansa.
El niño sale sonriendo de debajo de las ramas, y, al salir, se produce una blanca, y leve y apacible lluvia de jazmines. La joven madre se arrodilla en el patio y, una vez igualada en altura con su hijo, lo abraza fuerte, con todo el cuerpo. Después, coge un jazmín, y otro y otro. . . El niño observa primero y, después se agacha y la imita. Cuando ya ha recogido su cosecha, cuando su mano pequeña es ya toda entera un ramillete blanco, lo ofrece a la madre que, sonriendo, repite el abrazo, muy fuerte, con fortísima ternura, antes de ordenar las florecillas en un costado de su pelo.
Ahora la madre ya no está. Pero entre el viejo jazmín y el niño hay un espacio sagrado, en el patio aquel, que siempre será suyo.
Perdonadle al pregonero de este año que haya empezado su discurso con nostalgia. Ocurre que me encargaron hablar de la biznaga y, al pensar en los jazmines, lo primero que me viene a la mente es el recuerdo de aquella tarde en el patio. Pero no creáis que esta rememoración está nublada por el dolor de la ausencia: os digo que la hermosura de la escena se alza triunfante sobre el dolor y, así, el recuerdo se convierte en amor, porque, como dijo un poeta árabe malagueño,
"El blanco jazmín
es mano del amor
cuando se ofrece".
Y es un amor que permanece, una mano que no quiere irse:
"En la noche junto a tu cama,
Y es un amor que permanece, una mano que no quiere irse:
te recordará mis palabras
y te velará el dulce sueño".
Nuestros antepasados los árabes malagueños eran, verdaderamente, expertos en jazmines; tanto, que crearon una asignatura, brillantemente aprobada por nuestro poeta Manuel Alcántara con aquel soneto que legó aquí mismo, con ocasión de la V Fiesta:
"Palomas. Y biznagas que han querido
Nuestros antepasados los árabes malagueños eran, verdaderamente, expertos en jazmines; tanto, que crearon una asignatura, brillantemente aprobada por nuestro poeta Manuel Alcántara con aquel soneto que legó aquí mismo, con ocasión de la V Fiesta:
serlo para volar. (...)
Y más adelante,
"No se estaba ya en guerra aquel verano,
Y más adelante,
mi padre me llevaba de la mano
yo estudiaba segundo de jazmines".
La biznaga surgió del amor de Málaga por los jazmines. No sabemos quién la creó, quién tuvo la divina ocurrencia de inventar una flor inigualable- inigualable aún para la misma Naturaleza- a partir de humildes florecillas blancas. ¡ Ay, la Historia!. Nada dice del primer biznaguero, como si formar una constelación de jazmines no fuera más importante que ganar una guerra, que construir un palacio, que reinar sobre la tierra. . .
"Junto al agua negra
La biznaga surgió del amor de Málaga por los jazmines. No sabemos quién la creó, quién tuvo la divina ocurrencia de inventar una flor inigualable- inigualable aún para la misma Naturaleza- a partir de humildes florecillas blancas. ¡ Ay, la Historia!. Nada dice del primer biznaguero, como si formar una constelación de jazmines no fuera más importante que ganar una guerra, que construir un palacio, que reinar sobre la tierra. . .
olor a mar y jazmines,
Noche malagueña",
decía Antonio Machado. Noche malagueña, como la de hoy, reventando de jazmines. Olor a mar y jazmines por la tarde, en la esquina de la Plaza de la Marina con calle Larios, fuente del aroma, fábrica de natural fragancia, biznagas aupadas en la penca, cortando el aire, invadiendo el espacio, definiendo Málaga, que Málaga no es otra cosa que una biznaga al atardecer, una biznaga ofrecida a la persona amada, una biznaga conservada luego hasta su olorosa muerte cercana una biznaga prieta de mil jazmines iguales que compiten entre sí para entregar cuanto antes todo su aroma y desfallecer luego, paloma caída, cumplido ya el objetivo de su existencia.
Biznagas en la calle de la Victoria bajando en bandadas hacia el Parque con breve estación junto a la Alcazaba para poder ser cantada por los poetas árabes; biznagas en la Plaza de la Merced a punto de convertirse en palomas por obra y gracias de Pablo Ruiz Picasso, biznagas en la Malagueta y en la esquina de la Alameda con calle Córdoba, donde las vio Vicente Aleixandre momentos antes de descubrir su Ciudad del Paraíso:
"Siempre te ven mis ojos, ciudad de mis días marinos.
decía Antonio Machado. Noche malagueña, como la de hoy, reventando de jazmines. Olor a mar y jazmines por la tarde, en la esquina de la Plaza de la Marina con calle Larios, fuente del aroma, fábrica de natural fragancia, biznagas aupadas en la penca, cortando el aire, invadiendo el espacio, definiendo Málaga, que Málaga no es otra cosa que una biznaga al atardecer, una biznaga ofrecida a la persona amada, una biznaga conservada luego hasta su olorosa muerte cercana una biznaga prieta de mil jazmines iguales que compiten entre sí para entregar cuanto antes todo su aroma y desfallecer luego, paloma caída, cumplido ya el objetivo de su existencia.
Biznagas en la calle de la Victoria bajando en bandadas hacia el Parque con breve estación junto a la Alcazaba para poder ser cantada por los poetas árabes; biznagas en la Plaza de la Merced a punto de convertirse en palomas por obra y gracias de Pablo Ruiz Picasso, biznagas en la Malagueta y en la esquina de la Alameda con calle Córdoba, donde las vio Vicente Aleixandre momentos antes de descubrir su Ciudad del Paraíso:
Colgado del imponente monte, apenas detenida
en tu vertical caída a las ondas azules,
pareces reinar bajo el cielo, sobre las aguas,
intermedia en los aires, como si una mano dichosa
te hubiera retenido, un momento de gloria antes de
hundirte para siempre en las olas amantes.
Pero tú duras, nunca desciendes, y el mar suspira
o brana por ti,ciudad de mis días alegres,
ciudad madre y blanquísi,a donde viví, y recuerdo,
angélica ciudad que, más alta que el mar, presides sus
/espumas".
.
Hable el poeta de Málaga y en el verso, aunque no se nombre, aparece nuestra flor:
"Jardines, flores: Mar alentando como un brazo que anhela
Hable el poeta de Málaga y en el verso, aunque no se nombre, aparece nuestra flor:
"Jardines, flores: Mar alentando como un brazo que anhela
a la ciudad voladora entre monte y abismo,
blanca en los aires, con calaidad de pájaro suspenso
que nunca arrica, ¡Oh ciudad no en la tierra!,"
Cada año, por estas fechas, se hace el milagro La biznaga -flor no en la tierra- nos convoca a todos en la Cónsula. Y aquí venimos en peregrinación, en pos de un aroma, siguiendo esta estrella -jazmín que nos anuncia la buena nueva del milagro anual. bstán los jazmines cargados, están las ramas cubiertas de estival nieve florida; a las rejas de los balcones les ha nacido un contrapunto en blanco y toda Málaga se convulsiona y vuelve a tomar conciencia exacta de su identidad eterna.
Han pasado muchos siglos desde su invención y la biznaga permanece inalterable. El mundo seguirá girando, cambiaran las modas y los gustos, nos iremos nosotros y vendrán nuestros hijos y los hijos de nuestros hijos. Dentro de muchos años en una clara noche de Julio, La Cónsula volverá a albergar a un grupo de gente que vendrá aquí, como hoy hemos venido nosotros, a ser testigos del milagro. Dentro de muchos años, por estas mismas fechas, el olor volverá a derramarse por las calles de Málaga y no faltarán poetas que canten a la biznaga ni jóvenes enamoradas que reciban la floral ofrenda suprema. Es la victoria de la perfección, la supremacía del arte, el reinado de la belleza.
Este pregonero ha venido hoy aquí, como de puntillas, a sembrar su palabra en este jardín inigualable. El aroma de tantas biznagas me confunde y me confunde el sentimiento de tantos amigos recién recolectados. Dejadme ingresar en esta muy ilustre, antigua y venerable archicofradía de la amistad a la que todos conocemos con el nombre de La Biznaga. Dadme el puesto del último hermano y, a la hora de la procesión, metedme en un varal de dentro, bajo el manto de olorosas estrellas blancas, donde pueda revivir mejor aquella historia del niño que ofrecía jazmines a su madre.
Joaquín Marín Alarcón
Finca La Cónsula
6 de Julio de 1985
IMAGENES DE LA FIESTA. EDICIONES X A XV
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1 comentario:
¡Que injusticia!
Si todavía queda dignidad, debería devolver los pregones que, dicho sea de passo, no le pertenecen ni a él ni a nadie.
Esos pregones son historia de la culrtura de Málaga.
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