VI FIESTA LA BIZNAGA
Una vez superada la Navidad del año 1979 y que los Reyes Magos del mes de Enero fuesen alejándose por el horizonte de los Montes de Málaga, de nuevo se comienza a trabajar en la organización de la próxima edición de la Fiesta. En esta ocasión voy a proceder a dejar la presidencia por finalización de mandato, allá por el mes de Marzo.
Una vez superada la Navidad del año 1979 y que los Reyes Magos del mes de Enero fuesen alejándose por el horizonte de los Montes de Málaga, de nuevo se comienza a trabajar en la organización de la próxima edición de la Fiesta. En esta ocasión voy a proceder a dejar la presidencia por finalización de mandato, allá por el mes de Marzo.
Queriendo dejar allanado el camino en la elección de Pregonero para la Fiesta a mi sucesor, me pongo en contacto con el Iltmo. Sr. Notario del Colegio de Málaga y ex Alcalde de Málaga D. Cayetano Utrera Ravassa, quién con enorme orgullo y satisfacción asume la responsabilidad para pregonar en el presente año 1980 en su día 19 de Julio la exaltación a la Biznaga.
Ya en las postrimerías del mes de Marzo, se lleva a cabo la Asamblea General Ordinaria, donde además de dar cuenta de la Tesorería y actividades de la Entidad en la Orden del Día figura en su último apartado la elección de nuevo Presidente. Una vez finalizada, queda nombrado por mayoría de votos presidente de la Entidad D. Antonio Rodríguez Castillo, quién agradece a todos los presentes su nombramiento y agradece al presidente saliente su ofrecimiento para seguir trabajando juntos por el futuro de la Entidad, gesto que agradece personalmente.
Después de intensas gestiones se confecciona un interesante programa para la Fiesta, que se desarrolla en la noche del 19 de Julio de 1980 en la Finca La Cónsula.
El programa que se confecciona tiene todos los atractivos necesarios para pasar una gran velada.
Ya en las postrimerías del mes de Marzo, se lleva a cabo la Asamblea General Ordinaria, donde además de dar cuenta de la Tesorería y actividades de la Entidad en la Orden del Día figura en su último apartado la elección de nuevo Presidente. Una vez finalizada, queda nombrado por mayoría de votos presidente de la Entidad D. Antonio Rodríguez Castillo, quién agradece a todos los presentes su nombramiento y agradece al presidente saliente su ofrecimiento para seguir trabajando juntos por el futuro de la Entidad, gesto que agradece personalmente.
Después de intensas gestiones se confecciona un interesante programa para la Fiesta, que se desarrolla en la noche del 19 de Julio de 1980 en la Finca La Cónsula.
El programa que se confecciona tiene todos los atractivos necesarios para pasar una gran velada.

La Fiesta, como cada año se viene abriendo con un Grupo de Baile. En esta ocasión le corresponde a la Asociación de Coros y Danzas de Málaga, al frente del mismo se encuentra la Sra. de Utrera Ravassa, continuando con entrega de Trofeos, distinciones, Placa recordatoria para D. Manuel Alcántara por la presentación del Pregonero D. Cayetano Utrera, y desfile de preciosas jóvenes ataviadas para ser elegida la Mis

El acto, como en años anteriores, lo conduce Rosa Mª. Gorrochategui.
A la finalización del Pregón, D. Antonio Rodríguez Castillo, presidente de la Entidad hace entrega al Pregonero D.Cayetano Utrera Ravassa la Biznaga de Plata, símbolo de la Entidad.

Elección de Miss. Hermanas Guerrero Sánchez, María del Mar y María Dolores, 1ª. y 2ª. Dama de Honor respectivamente, recibiendo ramo de flores del Directivo Enrique Oliver.
A la finalización del Pregón, D. Antonio Rodríguez Castillo, presidente de la Entidad hace entrega al Pregonero D.Cayetano Utrera Ravassa la Biznaga de Plata, símbolo de la Entidad.

Elección de Miss. Hermanas Guerrero Sánchez, María del Mar y María Dolores, 1ª. y 2ª. Dama de Honor respectivamente, recibiendo ramo de flores del Directivo Enrique Oliver.
PREGÓN
VI FIESTA LA BIZNAGA
Por: Cayetano Utrera Ravassa
Ex Alcalde del Ayuntamiento de Málaga
Ilte. Notario del Colegió de Málaga
Cuando me encontraba rodeado de silencios, apartado del bullir de los días largos; apartado del clamor que agita y de la agitación que ensordece; lejos del ir y venir, del ver, del oír, del decir, del sentir. . . . .
Cuando me encontraba rodeado de silencios, a mitad del camino – como diría el poeta –
de “ la majestad de la rosa
en las torres de Granada
y la fragilidad de jazmines
en las arenas de Málaga “ (López Ruiz )
Cuando me encontraba en silencio . . . .
Para presentar la fiesta de nuestra biznaga, me cita y me reta la amistad de una peña; peña joven y antigua, joven por nacimiento, vieja por las aguas de su bautismo capuchinero.
Una peña que toma por símbolo, escudo y bandera uno de los grandes misterios; mística antigua de nuestra tierra vieja : LA BIZNAGA.
Y por servidumbre de amistad, clausuro silencios, doblo mi manta viajera, respondo al reto y acudo a la cita.
Y aquí estoy ante ustedes, a pregonar en esta noche malagueña.
. . . . . . . . . . .
A Emilio Flores, hace algunos años, le tocó hacer la presentación de presentaciones, iniciar el camino de este pregón, que como pregón malagueño quiso nacer, y nació, a la orilla de la mar; en “ en el chanquete marinero “.
Y cumplido el rito, la biznaga quiere buscar la tierra dura donde se cría su rabo seco; y se va un poco más allá, donde la brisa paleña toma el camino de Olías ( El Candado ), allí donde empieza a cambiar el olor a sardinas, por resina de pinos, el de sal húmeda por el de retama bravía; y en esa rara mixtura, ¡ que mejor voz para pregonarla ! , que la de Paco Fadón, voz castellana vieja de un malagueño nuevo.
Y sigue la fiesta y comienza la historia; y es un alcalde, mi sucesor y heredero, Luis Merino, quién quiere romper horizontes y trae la biznaga, con su sencilla blancura, con su misterio profundo a este escenario tan nuestro, milagro de araucarias, palmeras, aguacates y bambúes; y la planta aquí en medio de la noche, como reina fugaz en un tronco milenario.
VI FIESTA LA BIZNAGA
Por: Cayetano Utrera Ravassa
Ex Alcalde del Ayuntamiento de Málaga
Ilte. Notario del Colegió de Málaga

Cuando me encontraba rodeado de silencios, apartado del bullir de los días largos; apartado del clamor que agita y de la agitación que ensordece; lejos del ir y venir, del ver, del oír, del decir, del sentir. . . . .
Cuando me encontraba rodeado de silencios, a mitad del camino – como diría el poeta –
de “ la majestad de la rosa
en las torres de Granada
y la fragilidad de jazmines
en las arenas de Málaga “ (López Ruiz )
Cuando me encontraba en silencio . . . .
Para presentar la fiesta de nuestra biznaga, me cita y me reta la amistad de una peña; peña joven y antigua, joven por nacimiento, vieja por las aguas de su bautismo capuchinero.
Una peña que toma por símbolo, escudo y bandera uno de los grandes misterios; mística antigua de nuestra tierra vieja : LA BIZNAGA.
Y por servidumbre de amistad, clausuro silencios, doblo mi manta viajera, respondo al reto y acudo a la cita.
Y aquí estoy ante ustedes, a pregonar en esta noche malagueña.
. . . . . . . . . . .
A Emilio Flores, hace algunos años, le tocó hacer la presentación de presentaciones, iniciar el camino de este pregón, que como pregón malagueño quiso nacer, y nació, a la orilla de la mar; en “ en el chanquete marinero “.
Y cumplido el rito, la biznaga quiere buscar la tierra dura donde se cría su rabo seco; y se va un poco más allá, donde la brisa paleña toma el camino de Olías ( El Candado ), allí donde empieza a cambiar el olor a sardinas, por resina de pinos, el de sal húmeda por el de retama bravía; y en esa rara mixtura, ¡ que mejor voz para pregonarla ! , que la de Paco Fadón, voz castellana vieja de un malagueño nuevo.
Y sigue la fiesta y comienza la historia; y es un alcalde, mi sucesor y heredero, Luis Merino, quién quiere romper horizontes y trae la biznaga, con su sencilla blancura, con su misterio profundo a este escenario tan nuestro, milagro de araucarias, palmeras, aguacates y bambúes; y la planta aquí en medio de la noche, como reina fugaz en un tronco milenario.
Y aquí plantada, entre mil tonos verdes, viene a rendir su tributo el poeta malagueño de las ausencias presentes, quien hoy me dio la palabra: Manuel Alcántara. Poeta de palabra fácil y verso hondo; que me ha dedicado elogios, no por justicia, sino al hilo del bordón tañido por impulsos cordiales de amistad.
Y como andaluz que es, ( - como somos – de estirpe árabe-cristiana,) pone en primer plano, la mujer y como música de fondo, el sentimiento permanente de la muerte y por eso, de cómo epitafio a la biznaga, ¡ que noble destino¡! “ desmoronarse en un pecho, morir en una melena “.
. . . . . . . . . . .
¿ Y que es la biznaga , me preguntas ¿ . . . Cuando a eso tengo que contestar, viene a mi mente, la conversación de ( en un “ compás de medianoche” ) de Ángel Quiroga, castizo escritor malagueño, con un amigo inglés.
“ ¿ Qué quiere decir biznaguero ?. El que vende las biznagas. Extraña flor. ¿ Y que es una biznaga ? . . . No se puede definir.
Cada jazmín, es como un verso . . . y la biznaga, el incomprensible poema malagueño”.
Y me sigue preguntando ¿ Qué es la biznaga ?.
Para tratar de contestar, he recorrido caminos de siempre, me he situado a la entrada de nuestra tierra, desde el lado de la mar, allí donde el Piyayo “ puso su campo de guerra “, la Cortina del Muelle he contemplado una vez más, dos columnas que son de hombres, dos poemas que son dos lamentos de nuestra historia rota, esa que está escrita con sudor, con sonrisas, con gemidos, con hambres oscuras, con lágrimas y con coplas.
El uno, es un marengo, el otro, debe ser el Altozano.
Uno lleva en sus cenachos, boquerones, plata y sal.
El otro . . . ha robado recortes de luna, para pincharlos en una penca.
Al primero, ya lo escuchó decir Salvador Rueda:
“ . . . duendecillos enanos
que viven dentro del mar . . . “
El segundo, hace de su mano caracola, para que lleguen a la par, el aroma y el son. . . . “ Niña las biznagas . . .”
Aquél, es el recuerdo de una época, que parece que se fue.
Esto, es realidad palpitante de la Málaga, que parece que se está yendo.
¡ Ay ! , si el pregonero, en esta noche de julio malagueña, pudiera pedir. Varias cosas pediría.
Pediría primero, enterrar para siempre al biznaguero, que amasó biznagas de ignorancia y angustias, para cambiarlas por pan. Pues yo quiero biznagueros, vencedores de tipismos negros y miserias castizas, que asienten su vida de bronce sobre pedestales firmes.
Artesanos de cultura.
Vendedores de sueños.
Juglares de coplas.
Y para seguir pidiendo, otra cosa pediría, que cada malagueño fueses capaz, de renunciar a algunas cosas, y sentirse tan sencillo y pasajero como el jazmín, y pincharse en la umbela y reunirse en un único tallo, que aunque frágil y seco, serviría de espina dorsal a esta Málaga que se está rompiendo.
Así, tal vez la biznaga, pudiera dar respuesta a preguntas agobiantes de siempre, ¿ Que somos los malagueños, dónde vamos ? ¿ Que queremos para esta tierra nuestra hecha de bendiciones y espinas ?
Así, tal vez el biznaguero, con sombrero y faja, con penca mora y recorte de lunas, fuese aquél ángel malagueño que buscaba – y estoy seguro que allá arriba ya ha encontrado – Pepe López Ruiz; “. . . ese inmenso ángel que impulsó con sus alas de sal, la luz, la sombra, el perfume, la imperceptible brisa de la ciudad de mis amores”.
Y si así fuera, aquí terminaría con gozo, mi canto a la biznaga:
Pala de chumbera.
Vara silvestre, que solo nace para soporte del jazmín.
Que solo vive, para que en sus espinas secas se marchiten los jazmines en una noche.
Jazmines de noche de la Caleta.
Pero mi copla queda sin fin..
La dejo aquí colgada, en la sinfonía verde de esta Cónsula eterna.
El pregonero se va, recoge y dobla su manta viajera y vuelve a sus silencios.
La fiesta va a empezar.
Y ya desde la puerta, le ofrezco a Málaga, mi última biznaga en son de malagueña antigua:
“ Quisiera ser un suspiro
para vivir en tu pecho
y subir hasta tu boca
y morir . . . dándote un beso”.
Y como andaluz que es, ( - como somos – de estirpe árabe-cristiana,) pone en primer plano, la mujer y como música de fondo, el sentimiento permanente de la muerte y por eso, de cómo epitafio a la biznaga, ¡ que noble destino¡! “ desmoronarse en un pecho, morir en una melena “.
. . . . . . . . . . .
¿ Y que es la biznaga , me preguntas ¿ . . . Cuando a eso tengo que contestar, viene a mi mente, la conversación de ( en un “ compás de medianoche” ) de Ángel Quiroga, castizo escritor malagueño, con un amigo inglés.
“ ¿ Qué quiere decir biznaguero ?. El que vende las biznagas. Extraña flor. ¿ Y que es una biznaga ? . . . No se puede definir.
Cada jazmín, es como un verso . . . y la biznaga, el incomprensible poema malagueño”.
Y me sigue preguntando ¿ Qué es la biznaga ?.
Para tratar de contestar, he recorrido caminos de siempre, me he situado a la entrada de nuestra tierra, desde el lado de la mar, allí donde el Piyayo “ puso su campo de guerra “, la Cortina del Muelle he contemplado una vez más, dos columnas que son de hombres, dos poemas que son dos lamentos de nuestra historia rota, esa que está escrita con sudor, con sonrisas, con gemidos, con hambres oscuras, con lágrimas y con coplas.
El uno, es un marengo, el otro, debe ser el Altozano.
Uno lleva en sus cenachos, boquerones, plata y sal.
El otro . . . ha robado recortes de luna, para pincharlos en una penca.
Al primero, ya lo escuchó decir Salvador Rueda:
“ . . . duendecillos enanos
que viven dentro del mar . . . “
El segundo, hace de su mano caracola, para que lleguen a la par, el aroma y el son. . . . “ Niña las biznagas . . .”
Aquél, es el recuerdo de una época, que parece que se fue.
Esto, es realidad palpitante de la Málaga, que parece que se está yendo.
¡ Ay ! , si el pregonero, en esta noche de julio malagueña, pudiera pedir. Varias cosas pediría.
Pediría primero, enterrar para siempre al biznaguero, que amasó biznagas de ignorancia y angustias, para cambiarlas por pan. Pues yo quiero biznagueros, vencedores de tipismos negros y miserias castizas, que asienten su vida de bronce sobre pedestales firmes.
Artesanos de cultura.
Vendedores de sueños.
Juglares de coplas.
Y para seguir pidiendo, otra cosa pediría, que cada malagueño fueses capaz, de renunciar a algunas cosas, y sentirse tan sencillo y pasajero como el jazmín, y pincharse en la umbela y reunirse en un único tallo, que aunque frágil y seco, serviría de espina dorsal a esta Málaga que se está rompiendo.
Así, tal vez la biznaga, pudiera dar respuesta a preguntas agobiantes de siempre, ¿ Que somos los malagueños, dónde vamos ? ¿ Que queremos para esta tierra nuestra hecha de bendiciones y espinas ?
Así, tal vez el biznaguero, con sombrero y faja, con penca mora y recorte de lunas, fuese aquél ángel malagueño que buscaba – y estoy seguro que allá arriba ya ha encontrado – Pepe López Ruiz; “. . . ese inmenso ángel que impulsó con sus alas de sal, la luz, la sombra, el perfume, la imperceptible brisa de la ciudad de mis amores”.
Y si así fuera, aquí terminaría con gozo, mi canto a la biznaga:
Pala de chumbera.
Vara silvestre, que solo nace para soporte del jazmín.
Que solo vive, para que en sus espinas secas se marchiten los jazmines en una noche.
Jazmines de noche de la Caleta.
Pero mi copla queda sin fin..
La dejo aquí colgada, en la sinfonía verde de esta Cónsula eterna.
El pregonero se va, recoge y dobla su manta viajera y vuelve a sus silencios.
La fiesta va a empezar.
Y ya desde la puerta, le ofrezco a Málaga, mi última biznaga en son de malagueña antigua:
“ Quisiera ser un suspiro
para vivir en tu pecho
y subir hasta tu boca
y morir . . . dándote un beso”.
Cayetano Utrera Ravassa
19 Julio 1980
Finca La Cónsula
19 Julio 1980
Finca La Cónsula
IMAGENES DE LA FIESTA. EDICIONES I A IX
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